
En realidad no es sobre mí, sino sobre él. Yo soy Ceferino Tresserra, nacido en Vilanova y la Geltrú en 1830, muerto en La Coruña en 1880. Nos conocemos porque él escribió la única biografía moderna que existe sobre mi olvidada persona.
La tesis doctoral que me dedicó me gustó y no me gustó. Lo primero porque no dijo ninguna mentira, y lo segundo porque me llamó romántico melodramático al menos en ciento cincuenta ocasiones. ¡Pues claro! ¿Qué quería? ¿Que hubiese sido yo un apocalípticpop asilvestrado como él pero en pleno siglo XIX?
La persona que me rescató de los desvanes de la historia de España me ha invitado a pergeñarle una reseña biográfica. ¿Cómo negarme sin incurrir en una grosera ingratitud? No puedo y aquí estoy.
Pero yo también soy caballero numerario de la Orden de la Intachable Honestidad y reverencio como él las verdades crudas y sin hervir, así que no pienso endilgar ninguna alabanza infundada. Solo diré la mismísima verdad sin aderezos ni condimentos, limpia de hipérboles y de todo nepotismo verbal.
Así, es de justicia declarar y por lo tanto declaro que mi biógrafo escribe como Dios y como le da la gana. Y es que solo sabe teclear obras maestras. Por mucho que piense no me viene a la mente escritor español que esté entre ustedes, es decir, vivo, que siquiera se le acerque en poderío y maestría.
Es cuestión de tiempo que un puñado de almas privilegiadas den finalmente con su opera omnia, extraigan su exquisito tuétano, queden deslumbrados y a continuación no tenga más remedio que abrazar el apostolado de este literato de grandeza desconcertante. Llegada esa hora, su figura, libros y huesos serán rescatados de su retiro en las alcobas subterráneas del Panteón de los Artistas Incorruptibles en donde actualmente se encuentran para ser trasladado a su morada definitiva: una suite en la misma planta y pasillo que Homero, Virgilio, Dante, Montaigne, Goethe y el primus inter pares: Cervantes.
¿Cuál es el origen del titán? Es curioso, pues es de lo más común y vulgar. Desde su temprana adolescencia adquirió el vicio de la lectura voraz que nunca le ha abandonado. Le interesaban sobre todo novelas con umbrías cosmovisiones dentro, cosas tipo Stendhal, Dostoievski, Hesse o Kafka. Y su manía derivó infaliblemente, como es costumbre en espíritus revueltos e ilusionados consigo mismos como era el suyo por entonces, en una enfermedad grave y crónica: la grafomanía.
Así, en la etapa universitaria, comenzó a acumular cuadernos de notas en cuyas páginas depositaba su spleen pajillero formado por ideas, dolores, dolorcitos, confesiones, semillas de futuros libros, esbozos de poemas y presuntos poemas; en fin, cualquier chorrada magnificada por su ansia de resultar profundo tenía su asiento en aquellos primeros libros contables de su proyecto para levantar un alma literaria.
En horas de clase de la universidad acudía al parque del Retiro y escribía entre los setos y los matorrales, entre los patos y los plátanos, entre los revolcones y los mirones. También iba allí a leer libros, pues de hecho los leía en cualquier parte y continuamente, y casi ninguno tenía que ver con la carrera de Derecho que se hallaba estudiando.
Finalmente obtuvo la infausta licenciatura en su adorada ciudad de Roma, donde disfrutó de una Erasmus, beca de rimbombante nombre y dotación raquítica, como el aprovechamiento académico que de ella extrajo; pero en cambio la experiencia resultó bien útil para que el polluelo abandonara su nido, o su zona de confort como se dice ahora. Esto le ocurrió cuando contaba con veintipocos años.
Y es desde entonces cuando su biografía y la mía comienzan a parecerse a porfía por los excesivos movimientos, los estudios abundantes e interdisciplinarios, la multiplicidad de las ocupaciones, los viajes y las largas estancias en el extranjero próximo y remoto y el carrusel de procelosas historias de amor de esas que explotan y resucitan corazones obedientes en todo a las reglas de Garcilaso de la Vega. Y en medio, la escritura de mi tesis doctoral, de una miríada de artículos periodísticos y académicos, de novelas y relatos clandestinos, de literatura de encargo y fantasmal de dudosa moralidad…
Dice ahora que ha llegado el momento de salir de su curioso armario y comenzar a mover su obra con mayor brío y por escaparates menos pudibundos; pero no me he enterado bien de por qué ahora sí y antes no.
En fin, ha llevado el reseñado una vida entregada al romanticismo melodramático en plena posmodernidad y, holgadamente traspasado el umbral de los cuarenta años, aún no queda claro si se ha enmendado un poco o algo. Hay que ir viéndolo.
Y ya estaría.

Publicaciones
El viaje de Nebrija. Libros Indie 2019

Startup Wars. Editorial Parolas Languages. 2018 (versión digital)
SALIENDO DEL CAJÓN
Hamartia (novela)

Tuya será la Tierra y cuanto en ella hay (novela histórica)


Startup Wars (novela distópica/ versión papel)

Saliendo del taller
TheLodge.com 1 (novela juvenil)


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